Los poderosos antioxidantes que contienen los arándanos azules se han relacionado con la disminución del riesgo de desarrollar varios tipos de cánceres.
Estas sustancias protegen las células frente al daño ocasionado por los radicales libres y las toxinas ambientales. Esto resulta clave para evitar el crecimiento de tumores.
Cuentan con una cantidad interesante de ácido fólico. Este nutriente ayuda reparar y sintetizar el ADN, además de evitar la mutación de células malignas.